martes, 14 de mayo de 2013

Los inestables años noventa

El acuerdo entre Julio Roca, Carlos Pellegrini y Bartolomé Mitre había garantizado una salida institucional para la crisis de 1890. Aunque la gestión de Pellegrini tomó una serie de medidas que permitieron una notable mejoría económica, esto no fue sufieciente para apagar los conflictos políticos que reaparecieron en el momento de discutir la sucesión presidencial de 1891.
Las candidaturas de Mitre y de Bernardo de Irigoyen por la Unión Cívica no fueron toleradas por Roca, quien tejió tantas intrigas que provocó la renuncia de Mitre a la candidatura. A su vez, Roca tuvo que enfrentar al candidato modernista, Roque Sáenz Peña, que al parecer tenía un amplio apoyo en el PAN. Para hacerle frente, Roca promovió como candidato a su padre, Luis Sáenz Peña, lo cual obligó a Roque a renunciar.
Luis Sáenz Peña asumió la presidencia en 1892, pero era un presidente débil.Toda su presidencia estuvo caracterizada por sacudones y crisis ministeriales, isn contar las revoluciones radicales de 1893. El gobierno parecía estar sometido a la influencia de los tres hombres fuertes de la política argentina: Roca, Mitre y Pellegrini. En 1895, tras las recurrentes crisis políticas, Luis Sáenz Peña renunció y asumió a su cargo el vicepresidente José Evaristo Uriburu. Su período gubernamental se desarrolló de manera tranquila hasta que se comenzó a discutir la sucesión presidencial de 1898. El PAN impuso la candidatura de Julio Roca que asumió como presidente en octubre de 1898.

El Primer Gobierno De Yrigoyen

El 12 de octubre de 1916 Yrigoyen asumió la presidencia, rodeado de importantes muestras de respaldo popular. Desde el gobierno, continuó con su convicción de que el radicalismo constituía la única fuerza "política y moralmente" legítima para gobernar el país, en oposición a las fuerzas "oligarquicas y fraudulentas" que venían gobernando desde 1880. Por esta razón las relaciones con la oposición fueron siempre tensas., más aún cuando los conservadores seguían manteniendo importantes cuotas de poder.En efecto, no sólo gobernaban en varias provincias, incluyendo la de Buenos Aires, sino que también disponían de la mayoría en el Senado y contaban con el apoyo de los principales diarios del país.
Para resolver está situación, Yrigoyen buscó erosionar a la opossición con la intervención de las provincias, que desplazaba a los gobernadores electos y creaba situaciones favorables para su gobierno. La intervención de Buenos Aires en 1917 para desplazar al gobernador conservador fue la más discutida, pero también la más eficaz: en adelante, la estrategica provincia sería el principal reducto electoral del yrigoyenismo. La abrumadora mayoría de estas intervenciones fueron hechas sin el acuerdo del Congreso.

Los primeros ensayos

Durante 1912 se realizaron dos elecciones en las que se aplicó por primera vez la ley Sáenz Peña: una en Santa Fe y la otra en Capital Federal. En ambos casos, ganó la UCR, a pesar de la reticencia de Yrigoyen, que aún no estaba convencido de modificar la politica de abstención. La última elección nacional previa al recambio presidencial se llevó a cabo en febrero de 1914. En está ocasión, los radicales triunfaron en Santa Fe y Entre Ríos y salieron segundos en la Capital Federal donde ganó el Partido Socialista y en Buenos Aires.
Aunque la elección de 1914 había demostrado que los grupos conservadores aún contaban con una mayoría importante, ya eran muchos-especialmente los gobernadores- los que levantaban su crítica por los resultados de la reforma que amenazaba con hacerles perder el control electoral. Sin embargo, era el propio presidente Sáenz Peña, el que les negaba apoyo a los gobernadores: por el contrario, respondía a sus reclamos advirtiendo que no toleraría ninguna clase de violación de las leyes electorales. A cambio, los invitaba a formar un verdadero partido político que fuera capaz de disputar la simpatía de los nuevos electores con argumentos legales y trasnparentes. El 9 de agosto de 1914 moría Sáenez Peña, sin que ese objetivo se hubiera logrado.

Ley Sáenz Peña

Desde su proclamación como candidato Sáenz Peña anunció su propósito de reformar la ley electoral para evitar la violencia y el fraude electoral. Su diagnóstico era que el régimen político implantado en 1880 había llegado a su límite y debía ser modificado.
En febrero de 1912, luego de un largo debate en el seno del Congreso, se sancionó la Ley de Reforma electoral, conocida como ley Sáenz Peña. La ley electoral de 1912 estableció el voto secreto y obligatorio para los varones nativos: de esta manera, se trataba de evitar la manipulación y la presión sobre los ciudadanos. Mediante otra ley, estableció que los padrones electorales se confeccionarán de listas fraudulentas. También inauguró el uso de la lista incompleta, que garantizaba la representación de las minorias.

La cara del optimismo y la del descontento.


El tono de los festejos oficiales fue ampliamente optimista. Gracias por el progreso económico que vivía el país,debido a su exitosa inserción en el mercado mundial como exportador de materias primas, Buenos Aires podía mostrar a muchos visitantes la cara de una sociedad moderna y a la altura de la civilización europea. La belleza de algunas zonas de ciudades, como Buenos Aires, Rosario o La PLata, las convertía en verdaderas metrópolis modernas.
La educación primaria obligatoria arrasaba con le analfabetismo, echo que se reflejó en la aparición de múltiples ediciones periodisticas, libros y revistas, que eran consumidas con avidez por una gran cantidad de lectores.
La Argentina presentaba una imagen de un país próspero y abierto a todos aquellos que quisieran vivir en ella.
Sin embargo, fue imposible disimular los problemas y las contradicciones que afloraban en la sociedad argentina y que llegaron incluso a los propios actos oficiales. Durante una función de gala en el Teatro Colón, a la que asistió el propio presidente José Figueroa Alcotra, estalló una bomba en una butaca desocupada. Este atentado coronaba una larga serie de conflictos violentos, vinculados con las protestas sociales, muchas de ellas encabezadas por los entonces muy populares militantes anarquistas.
Un año antes, en 1909, por ejemplo, durante los actos del día del trabajador (1º de mayo), la regresión policial había provocado al menos ocho muertos. Poco después, un militante anarquista, Simón Radowitzki arrojaba una bomba contra el carruaje del jefe de la policía, Ramón Falcón, provocandole la muerte. Pero, más allá de estos momentos en especial violencia, desde 1900 las huelgas y las manifestaciones obreras se multiplicaban sin cesar.

El centenario

A comienzos de 1910 la Argentina vivió un clima de mucho optimismo por la preparación de los festejos del Centenario de la Revolución de mayo. Para ello, se programaron grandes actos. Se inauguraron monumentos en varios lugares del país : en Buenos Aires, el que homenajeaba a la Primera Junta y al Ejército de la Independencia; en Mendoza el del Ejército de Los Andes y en Rosario; el de la Bandera. También se construyó el Monumento de los Españoles, que simbolizaba la reconciliación de la Argentina con su antigua metrópolis en efecto, a los festejos asistió como invitada especial la Infanta Isabel de Borbón, que fue recibida por el Presidente y una multitud de inmigrantes españoles.

Terremoto de Colima



El Terremoto de Colima de 1900 ocurrió el 19 de enero de 1900, aproximadamente a las 11:45 de la noche. Según Jorge Piza Espinosa fue de 6.5 y según el Centro Nacional de Prevención de Desastres de 7.4.
El sismo fue de tipo trepidatorio-oscilatorio de oeste a este, de XVII mercalli y tuvo una duración de unos 75 segundos. Se descarrilaron varios furgones de tren y en la ciudad de Colimafallecieron 6 personas y 67 heridos fueron enviados al hospital. Como saldo se pueden mencionar, 2014 casas averiadas, de las cuales 562 se consideraron en peligro de derrumbarse y 190 quedaron destruidas. En ese tiempo, se calcularon los daños por 13 247 MXN. La Iglesia Catedral canceló el culto, por lo que las misas se llevaron a cabo en el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús. Se dañaron 9 escuelas públicas y el reloj del palacio de gobierno.

La conferencia de Berlin

La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 15 de noviembre de 1884 y 26 de enero de 1885 en la ciudad de Berlín fue convocada por Portugal y organizada por el Canciller de Alemania, Otto von Bismarck, con el fin de resolver los problemas que planteaban la expansión colonial en África y resolver su repartición.

Catorce Estados fueron representados: El Imperio Alemán, el Imperio Austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, el Imperio Otomano, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Portugal, Rusia y Suecia.

En ella se proclamó la libre navegación marítima y fluvial, la libertad de comercio en el centro del continente africano, el derecho a colonizar un territorio si se ocupaba la costa de éste, entre otras cosas.

El proceso de colonización se realizó siguiendo las grandes vías fluviales, como los territorios del Níger, que fueron explorados entre los años 1788 y 1830; la cuenca del Nilo y la región de los Grandes Lagos Africanos, entre 1854 y 1859; el Zambeze, entre 1841 y 1873.

La exploración del río Congo motivó las rivalidades entre varios países, por lo que el canciller Bismarck actuó como árbitro en la Conferencia, donde se estableció el Estado Libre del Congo (actualmente República Democrática del Congo), bajo soberanía de la Asociación Internacional del Congo y propiedad privada del rey de los belgas Leopoldo II, y de un Congo francés, ambos con salida al mar; la libre navegación por los ríos Níger y Congo, así como el principio del derecho a la posesión del traspaís a partir de un enclave costero.

Así, la costa mediterránea africana quedó en manos de Francia y el Reino Unido; la costa oriental se dividió entre los alemanes al sur y los británicos al norte. La costa occidental quedó en poder de los belgas, franceses y británicos. Los italianos consiguieron Somalia y los portugueses, Angola y Mozambique. Sin embargo, pronto estallaron conflictos por la posesión de las zonas más estratégicas o más ricas, como en el caso de Túnez, Egipto y Marruecos.


Fuente: http://9berlin9.blogspot.com.ar/2008/01/la-conferencia-de-berlin-1885.html

Conquista del Desierto


La Conquista del Desierto fue una campaña militar llevada a cabo entre 1878 y 1885 por el gobierno de la República Argentina contra los pueblos amerindios, principalmente de las etnias mapuche y tehuelche, que logró el objetivo de ejercer el efectivo dominio sobre los territorios de la región pampeana y la Patagonia que la Argentina había heredado del Virreinato del Río de la Plata, perteneciente a la corona de España, pero que hasta ese entonces permanecían bajo el control de diversas tribus aborígenes.
En un sentido histórico más amplio, el término incluye también a las campañas previas a la Conquista del Desierto, es decir, al conjunto de expediciones militares llevadas a cabo por los españoles y los gobiernos nacionales y provinciales argentinos que los sucedieron, en contra de los indios, antes de la gran campaña de 1879.
La campaña de Roca


Territorio de la Argentina antes de la primera presidencia de Julio Argentino Roca (1880-1886). En 1870 los continuos ataques desde el oeste dificultaban el progreso de la región hasta que, el entonces generál, Julio A Roca logro mediante la llamada guerra del desierto, terminar con ela independencia de las comunidades indígenas e incorporar la región al gran desarrollo agroexportador que se daba rápidamente sobre todo en la Provincia de Buenos Aires. 

Después de que Adolfo Alsina muriera en 1877, el general Julio Argentino Roca fue nombrado nuevo Ministro de Guerra y prosiguió su trabajo. Pero, en contraste con Alsina, Roca creía que la única solución contra la amenaza de los indígenas era exterminarlos, subyugarlos o expulsarlos. 

Para llevar a cabo este plan, el 4 de octubre de 1878 fue sancionada la ley N° 947, que destinaba 1.700.000 pesos para el cumplimiento de la ley de 1867 que ordenaba llevar la frontera hasta los ríos Negro, Neuquén y Agrio. 

Mientras tanto, los jefes de sectores de fronteras realizaron diversas operaciones durante el año 1878 y comienzos de 1879, para preparar la ofensiva. 

A finales de 1878, empezó la primera ola para "limpiar" la zona entre la zanja de Alsina y el río Negro a través de ataques sistemáticos y continuos a los establecimientos de los indígenas. El coronel Nicolás Levalle y luego el teniente coronel Freire atacaron a Manuel Namuncurá provocándole más de 200 muertos, mientras que el coronel Lorenzo Vintter tomaba prisionero a Juan José Catriel con más de 500 guerreros y Pincén fue capturado cerca de Laguna Malal. Estos caciques fueron confinados en la isla Martín García. Luego el ranquel Epumer fue capturado en Leuvucó por el capitán Ambrosio. Otras acciones fueron dirigidas por el mayor Camilo García, el teniente coronel Teodoro García, el coronel Rudecindo Roca, el coronel Nelson, el mayor Germán Sosa, el coronel Eduardo Racedo, el teniente coronel Rufino Ortega y el teniente coronel Benito Herrero. Por ley del 11 de octubre de 1878 se creó la Gobernación de la Patagonia al mando del coronel Álvaro Barros y con jurisdicción en todos los territorios fuera de las provincias hasta el cabo de Hornos. 

Con 6.000 soldados en cinco divisiones (entre ellos 820 indígenas aliados), en abril de 1879 comenzó la segunda ola alcanzando la isla de Choele Choel en dos meses, la cual fue entregada pacíficamente por los indígenas locales. Desde otros puntos, las compañías del sur hicieron su camino hacia el río Negro y el río Neuquén, el tributario septentrional del río Negro. Juntos, ambos ríos marcaban la frontera natural desde los Andes hasta el Atlántico. Muchos establecimientos fueron construidos en la cuenca de estos dos ríos, así como también en el río Colorado. 

La primera división al mando del general Roca con 1.900 soldados y 105 indígenas. Partió de Carhué el 29 de abril de 1879 y el 24 de mayo entraron en la isla de Choele-Choel, en junio Roca regresó a Buenos Aires, quedando al mando el coronel Conrado Villegas. 

La segunda división al mando del coronel Nicolas Levalle partió de Carhué con 325 soldados y 125 indígenas del cacique Tripailao. Avanzó hacia Traru-Lauquen en La Pampa y enfrentó a Namuncurá. 

La tercera división al mando de Eduardo Racedo partió de Villa Mercedes hacia Potahue con 1.350 soldados, entre ellos indígenas ranqueles de los caciques Cuyapán y Simón. Persiguió al cacique Baigorrita. No se logró su captura, pero sí la de 500 de sus indígenas. 

La cuarta división al mando de Napoleón Uriburu partió desde San Rafael el 21 de abril rumbo a la confluencia de los ríos Limay y Neuquén. Mató en Chos Malal al cacique ranquel Peyeumán. En río Agrio capturaron al cacique Painé con 60 de sus guerreros y luego lograron matar al cacique Baigorrita. Su accionar obtuvo un saldo de 1.000 indígenas muertos y 700 prisioneros. 

La quinta división al mando del teniente coronel Hilario Lagos partió de Trenque Lauquen y en Curu-Pichi-Cajuel, el teniente coronel Godoy mató al capitanejo Lemumier y su hijo. Esta columna capturó a 629 prisioneros. De acuerdo con la Memoria del Departamento de Guerra y Marina de 1879, se tomaron prisioneros 5 caciques principales y uno fue muerto (Baigorrita), 1.271 indígenas de lanza prisioneros, 1.313 indios de lanza muertos, 10.513 indios de chusma prisioneros y 1.049 indios reducidos. 

Campaña del general Villegas en Neuquén y Río Negro


Roca siguió a Nicolás Avellaneda como presidente. Creyó que era imperativo conquistar el territorio al sur del río Negro lo más pronto posible y ordenó la campaña de 1881 bajo el mando del coronel Conrado Villegas con 1.700 soldados en tres brigadas que comenzaron la campaña a principios de 1881. 

La primera brigada al mando del teniente coronel Rufino Ortega enfrentó a Tacumán, hijo del cacique Sayhueque. Alcanzó el lago Nahuel Huapi el 3 de abril, con un saldo de 23 indígenas muertos. 

La segunda brigada al mando del coronel Lorenzo Vintter tomó prisionero cerca del río Collon-Curá al cacique Molfinquéo con 48 indígenas prisioneros y 17 muertos. 

La tercera brigada al mando del coronel Liborio Bernal capturó 140 indígenas y mató a 45. En un año, Villegas (ascendido a general) conquistó el territorio de la actual provincia del Neuquén, alcanzando el río Limay. 

Campaña de los Andes del general Villegas


A fines de 1882 el general Villegas con cerca de 1.400 hombres inició una nueva campaña con tres brigadas, lográndose incorporar la actual provincia del Neuquén: 

La primera brigada al mando del teniente coronel Rufino Ortega obtuvo la rendición de Millamán con casi 100 indígenas. El teniente coronel Ruibal derrotó al cacique Queupo y el cacique Cayul fue capturado con unos 80 guerreros. El mayor José Daza derrotó a Alvarito Rumay capturando a los capitanejos Cayupán y Nahuelpán. Esta brigada mató a 120 indígenas y tomó 500 prisioneros. 

La segunda brigada al mando del teniente coronel Godoy persiguió a Namuncurá, Reuque-Curá (cayó prisionero) y Ñancuche quien huyó hacia Chile. Esta brigada mató a 100 indígenas y tomó 700 prisioneros. 

La tercera brigada al mando del teniente coronel Nicolás Palacios atacó a los caciques Sayhueque e Inacayal matando a 145 indígenas y tomando 500 prisioneros. 

Las campañas finales


Se continuó presionando a la resistencia de los aborígenes más al sur logrando la rendición de Manuel Namuncurá con 330 de sus guerreros. 

El teniente coronel Lino Oris de Roa con 100 soldados llegó hasta el bajo río Chubut y el mayor Miguel Vidal atacó a Sayhueque e Inacayal para luchar la última batalla, el 18 de octubre de 1884 en la que Inacayal y Foyel fueron derrotados por el teniente Insay, la mayoría de los 3.000 indígenas se rindieron, mientras que Sayhueque lo hizo el 1 de enero de 1885 en la actual provincia del Chubut al nuevo gobernador de la Patagonia, el general Lorenzo Wintter. Inacayal y Foyel junto con sus familiares fueron llevados por Francisco Pascasio Moreno en 1886 a vivir al Museo de Ciencias Naturales de La Plata, en retribución a la hospitalidad que ellos le habían dado. Algunos grupos menores continuaron huyendo en Chubut hasta 1888. 



Atentado de Sarajevo


Atentado de Sarajevo fue el nombre que recibió el incidente que, el 28 de junio de 1914, causó la muerte del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, así como la de su esposa, la condesa Sofía Chotek, en Sarajevo, capital de la Provincia imperial de Bosnia y Herzegovina. El atentado fue perpetrado por Gavrilo Princip, miembro de la facción terrorista Mano Negra —organización cuyo objetivo era la ruptura de las relaciones de las provincias eslavas del sur y la creación de una Gran Serbia—, que habría contado con el apoyo de militares serbios. La motivación política del asesinato era compatible con la ideología del movimiento que, más tarde, fue conocido como Joven Bosnia.
Al mando de los conspiradores militares estaban Dragutin Dimitrijević, jefe del espionaje serbio; su brazo derecho, el mayor Vojislav Tankosić y el espía Rade Malobabić. Tankosić armó y entrenó a los ejecutores del atentado y Malobabić les dio acceso a los túneles utilizados por los agentes serbios para infiltrar espías y armamento en Austria-Hungría.
Todos los involucrados en el atentado que aún estaban vivos fueron apresados, juzgados, condenados y castigados. Aquellos que fueron apresados en Bosnia fueron juzgados en Sarajevo, en octubre de 1914. El resto de conspiradores fueron sometidos a una corte serbia en el frente de Salónica —entre 1916 y 1917 bajo control francés. Esto culminó con la ejecución de los tres principales oficiales involucrados. Gran parte de lo que se conoce sobre los asesinatos del archiduque y su esposa tuvo origen en la información obtenida en esos juicios.
La verdadera responsabilidad sobre el atentado es un tema controvertido ya que el ataque supuso el estallido de la Primera Guerra Mundial un mes después.
La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento bélico internacional que, iniciado en Europa en agosto de 1914, no sólo llegó a convertirse en una "guerra total" sino que trascendió al ámbito mundial cuando intervinieron en ese conflicto naciones situadas en otros continentes. Por primera ocasión en la historia de la humanidad, una lucha armada incluía países muy alejados geográficamente; además su evolución y desenlace dejaron una secuela de cambios trascendentales que afectaron al mundo entero. Sin embargo, hasta antes de 1945 este fenómeno histórico fue conocido como la "Gran Guerra" y no sería hasta después de ocurrida la Segunda Guerra Mundial cuando se hizo necesaria la distinción numérica secuencial entre ambos conflictos. Por su magnitud y consecuencias, la Primera Guerra Mundial constituye una profunda brecha que separa el siglo XX de todo lo que le precedió, no obstante que sus orígenes se encuentran, por supuesto, en los hechos del pasado inmediato

a formación de alianzas
El dominio sobre las áreas coloniales provocó conflictos entre las potencias que se resolvían a través de acuerdos diplomáticos, o bien de guerras que se mantenían dentro de un mareo estrictamente local. Además, las alianzas que se formaban duraban poco y los países cambiaban de bando frecuentemente, según las circunstancias.
Sin embargo, las reglas de juego de la diplomacia internacional fueron variando poco a poco. A medida que crecían las necesidades de expansión de las grandes potencias industriales, las confrontaciones se fueron haciendo incontrolables. Por un lado, era difícil resolver los conflictos en un escenario que se había ampliado. Los enfrentamientos ya no sólo podían presentarse en Europa sino también en África, China o el Medio Oriente. Además, había nuevos competidores y eran muy agresivos. Estados Unidos y Japón se habían convertido en grandes potencias que se disputaban el dominio del área del Pacífico. Alemania aparecía pujante y poderosa, pero insatisfecha por haber llegado tarde al reparto colonial. Sus intereses expansionistas en China y África del Sur chocaban con el dominio que los ingleses habían establecido en esas zonas. Justamente, las posiciones irreconciliables entre Alemania e Inglaterra fueron las que generaron un sistema de alianzas permanentes que puso en peligro la paz mundial. Por un lado, se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Por otro, Francia, el Imperio ruso y Gran Bretaña se unieron en la Triple Entente.
La situación fue tomándose aún más explosiva a raíz de los conflictos internos que atravesaban muchas de las grandes potencias. Rusia estaba amenazada por una revolución social, el Imperio austro-húngaro se desgarraba en luchas entre nacionalidades que ya no podían ser controladas por el gobierno; en el Estado alemán los enfrentamientos políticos paralizaban la política exterior. Los gobiernos parlamentarios, como los de Gran Bretaña y Francia, debían hacer frente a los reclamos de los trabajadores y los sectores medios que demandaban mayores derechos políticos y mejores condiciones de vida.
Muchos gobiernos trataron de resolver estas crisis sociales y políticas llamando a todos los sectores a dejar de lado sus diferencias y a unirse detrás de los superiores intereses nacionales. Fomentaron un sentimiento patriótico
La escuela y el servicio militar obligatorio les sirvieron para estimular los sentimientos nacionalistas a través de ceremonias diarias, como el izamiento de la bandera. Con el mismo objetivo se establecieron nuevas fiestas nacionales, como la que conmemora la Revolución Francesa, recordada los 14 de julio en Francia.
La prensa también jugó un papel importante en todo este proceso exagerando las cualidades de la nación y ridiculizando o disminuyendo las de los pueblos extranjeros.
Pero había otro nacionalismo, el de los pueblos dominados por naciones extranjeras y que luchaban por su autonomía. Tal el caso de los Balcanes, considerado el polvorín de Europa.
La mayor parte del territorio de los Balcanes estaba dominada por los imperios turco y austro-húngaro. A principios del siglo XX, los Balcanes constituían una de las zonas más explosivas de Europa. En ella chocaban distintos intereses. Los serbios querían construir un Estado yugoslavo que reuniera a todos los eslavos de la región. Para ello, debían apropiarse de territorios que estaban en poder de los imperios austro-húngaro y turco. El imperio ruso, alejado del Extremo Oriente tras su derrota ante los japoneses en 1901. 1905, estaba interesado en extender sus dominios hasta el Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios.
Alemania, Francia e Inglaterra deseaban apropiarse del territorio que en la zona ocupaba el imperio turco para dominar un punto estratégico: el estrecho de los Dardanelos, puerta esencial para la comunicación entre el Mediterráneo y Asia central.
En los Balcanes confluían todos los odios, las rivalidades y las insatisfacciones que se habían ido acumulando durante las últimas décadas. Era por lo tanto previsible que una crisis en la región pudiera provocar el estallido de una guerra generalizada. El acontecimiento fatal tuvo lugar en Sarajevo, el 28 de junio de 1914.
Francisco Femando, heredero del trono de Austria-Hungría, y su esposa fueron asesinados por un estudiante nacionalista serbio. Austria-Hungría quiso aprovechar el atentado para aniquilar a Serbia y le declaró la guerra. Rusia respondió movilizando sus tropas en defensa de los serbios. Inmediatamente el sistema le alianzas —la Triple Entente y la Triple Alianza— se puso en funcionamiento. El 5 de agosto de 1914 comenzaba la Primera Guerra Mundial.
Una vez declarada la guerra, una oleada de patriotismo se extendió por todos los países involucrados. En Berlín, París y Londres, los hombres acudieron fervorosos para matar o morir defendiendo la bandera de su nación. Pensaban regresar para Navidad con el orgullo de la victoria conseguida. Pero muchos no volvieron. Los que regresaron, después de cuatro largos años de penurias, enfermedades y muerte, quedaron para siempre marcados por los recuerdos de una experiencia terrible.

Creación del Psicoanálisis

Epsicoanálisis es una práctica terapéutica fundada por el neurólogo vienés Sigmund Freud alrededor de 1896. A partir del psicoanálisis se han desarrollado posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación dinámica y analítica. Asimismo, la teoría ha influido sobre muchas otras escuelas psicológicas y de terapias no necesariamente psicoanalíticas.
Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico, de su evolución a través de distintos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la personalidad, además de crear una forma de tratamiento de los trastornos mentales. Logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la historia, la educación, la antropología y las artes.





viernes, 3 de mayo de 2013

La revolución de 1890 en Argentina.

A medida que la crisis avanzaba, la oposición se hizo sentir cada vez con más fuerza. El 1º de septiembre de 1889 se realizó un mitin en el Jardín Florida , en la ciudad de Buenos Aires, y se fundó la Unión Cívica de la Juventud, liderada por Francisco Barrroetaveña. Unas semanas más tarde, este grupo se convirtió en la Unión Cívica, en la cual se destacó el nuevo líder de la oposición : Leandro N. Alem, junto con figuras más tradicionales como Bartolomé Mitre.
Alentados por el creciente aislamiento del Presidente ( que era mal aun por muchos de su correligionarios del PAN, incluyendo a Roca), los cívicos comenzaron a tramar un movimiento de civiles y militares para derrocarlo. El 13 de abril de 1890, en un nuevo mitin realizado en el Frontón ( Córdoba al 1.100 en la ciudad de Buenos Aires), todos los líderes de la oposición atacaron a Juárez Celman sin piedad.
El 26 de Julio estalló la revolución. Los cívicos, acompañados por algunas tropas, tomaron el Parque de Artillería y organizaron barricadas improvisadas en esquinas, casas y balcones. En pocas horas tomaron el Cuartel de Recoleta con la ayuda de dos regimientos más. El combate duró tres días y se produjeron 150 muertos, aunque finalmente los revolucionarios fueron derrotados por tropas leales. Pero los días del Presidente estaban contados: un acuerdo entre Mitre y Roca selló su suerte. El 6 de agosto, Juárez Celman renunció a su cargo, su vicepresidente, Carlos Pellegrini, asumió la presidencia hasta completar el mandato.

Fuente: La enciclopedia del estudiante.Historia Argentina;Santillana.

La crisis Argentina de 1899

En 1889, la expansión económica comenzó a mostrar su debilidad. La deuda externa del país, contraída por la entrada de capitales extranjeros, aumentó y también crecieron las importaciones. En teoría, las exportaciones debían pagar las importaciones y  los servicios de la deuda. Sin embargo, las importaciones y los intereses de los préstamos crecieron más rápidamente que las exportaciones, de modo que sólo podían cancelarse mediante nuevos préstamos.
El flujo de capitales extranjeros comenzó a disminuir, hasta que en 1890 una crisis financiera  y económica europea provocó su interrupción. Sin préstamos no podían pagarse los intereses de los préstamos obtenidos anteriormente y la caída de los precios internacionales de los productos de exportación agravó el desequilibrio de la balanza comercial. Se produjo el cierre de la mayoría de los bancos, la paralización de las obras públicas y la quiebra de comercios. La desocupación se generalizó. A esto se sumó la demanda de mejoras salariales que hicieron proliferar las huelgas de zapateros, panaderos y ferroviarios, entre otros gremios. De esta manera, el principal capital político del presidente Juárez Celman comenzó a licuarse y afloraron las tensiones políticas contenidas por el progreso ecónomico.


Fuente: La enciclopedia del estudiante.Historia Argentina;Santillana.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Crisis o depresión de 1873.

La depresión de 1873 fue fruto de una profunda crisis industrial y también agraria. Agotado el empuje del primer ciclo industrializador –el del algodón, el vapor y el ferrocarril-, eran muchos los países que en Europa y fuera de ella se habían incorporado, mejor o peor, a la nueva economía industrial. La producción había crecido tanto que en algunos sectores se crean situaciones de exceso de oferta. La agricultura europea sufre en muchos países la competencia de productos (cereales, lana) más baratos que llegan desde Ultramar, a bordo de transportes cada vez más  baratos. La difusión de las doctrinas y políticas librecambistas habían permitido –junto con el mecanismo del patrón oro- un crecimiento sin precedentes del comercio internacional; pero la especialización internacional, que hasta entonces era vista como una bendición, comenzará a considerarse una trampa cuando amenace con arruinar a los agricultores o industriales de uno u otro país.

El descubrimiento y difusión de nuevas fuentes de energía (electricidad y petróleo), nuevas técnicas (motores eléctricos, radio), nuevos sectores industriales (química y electricidad) o nuevas formas de organización de la industria (cárteles o “trust”) permitieron a algunos países salir de la crisis en mejores condiciones.  El imperialismo –la expansión económica y militar de Europa en otros continentes- será otra de las vías para tratar de superar la crisis. En todo caso, cuando la gran depresión comenzó a remitir hacia la década de 1890, la economía mundial había cambiado sustancialmente.



La "Belle Epoque"


Se denominó Belle Epoque al período que abarca desde fines del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial (1914), caracterizado por un transitorio bienestar económico, una gran euforia y optimismo, en las clases altas y medias de los países industrializados de Europa y algo en los EE.UU.. Esto fue producto de los avances tecnológicos y científicos de la época. El crecimiento de las ciudades fue cambiando los hábitos de la gente, abarcando todas las clases sociales. El descanso dominical, la reducción de la jornada laboral y la posterior incorporación del Sábado Inglés (media jornada), crearon un tiempo libre difícil de ocupar.
Se prolongó hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Este período de poco más de treinta años no es, por supuesto, una definición matemática. De hecho, "Belle Epoque" es un estado de ánimo, que se manifiesta en algún momento en la vida de un país.